Los colores hablan de los nutrientes y una dieta saludable es aquella que abarca todas las tonalidades.
Todos hemos oído la frase “las personas comemos por los ojos”. La presentación y el colorido de un plato inciden a la hora de que lo comamos con mejor o peor predisposición.
Y no olvidemos los beneficios de la risa tanto física como psicológicamente, puesto que además de servir para divertirnos y pasar un buen rato, reírnos ayuda a quemar calorías.
Comer viendo los colores del arco iris en el plato, con un buen surtido de rojos, naranjas, verdes y blancos provenientes de los vegetales y las frutas, nos ofrecerá una espectacular variedad de vitaminas, antioxidantes y minerales disponibles en la naturaleza.
Las frutas en general aportan mucha azúcar al cerebro, agua para la limpieza de nuestro organismo y reducen la posibilidad de contraer enfermedades al corazón o los pulmones.
Las semillas, como el sésamo y girasol mezcladas con los cereales o ensaladas, son extremadamente nutritivas y también aportan otra buena cuota de antioxidantes. Las nueces, consumidas entre las horas del día, ayudan a prevenir el riesgo de tener diabetes. La idea es hacer como las aves y comer de vez en cuando.
Guía para comer de acuerdo al color del producto:
Blanco:
Ajo, cebolla, pera, judías, coliflor, nabo, puerro, etc.
Se caracterizan por contener alicina (sustancia con efectos antibióticos). Ayudan a combatir hipertensión, colesterol elevado y pérdida de masa ósea.
Naranja:
Calabaza, batata, zanahoria, albaricoque, melón, naranja, piña, mango y mandarina.
El color se debe a la presencia de carotenos, betacarotenos, que son precursores de vitamina A y antioxidantes entre otros. Refuerzan las defensas del organismo, contribuyen a la salud visual, de la piel y las mucosas.
Morado:
Uva, higo, arándano azul, col morada, grosella negra, berenjena, judía negra, ciruela morada, mora. El color se debe a la presencia de antocianinas o resveratrol con poder antioxidante y anticancerígeno. Ayudan a combatir la pérdida de la memoria, el envejecimiento prematuro, el cáncer y las enfermedades cardiacas.
Verde y amarillo:
Espinaca, acelga, maíz, garbanzos, aguacate, lechuga, calabacín, brócoli, ajo verde, col de Bruselas, sésamo y pipas de girasol. Estos alimentos tienen función antioxidante, precursores de vitamina A y de la salud visual. Ayudan en el combate contra la enfermedad del Alzheimer, y la degeneración macular.
Rojo:
Fresa, tomate, manzana, arándano, sandía, rábano, granada.
Contienen Licopeno (carotenoide predominante en la composición de la sangre y los tejidos humanos) y ácido elágico (polifenol con propiedades protectoras en el cuerpo).
Ayudan a evitar el daño celular, reumas, artritis, colesterol entre otros.
Si a todo lo dicho le agregamos una buena cuota de risas, estaremos realizando un completo ejercicio físico. Hay que tomar en cuenta que unas 150 carcajadas son lo mismo que unos 10 minutos de carreras, según dice el cardiólogo estadounidense William Fry. Ayuda, además, a eliminar el estrés y activa células naturales encargadas de nuestras defensas.
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